San Martin de Tours
Desde el siglo XVIII hasta principios de siglo XIX, San Martín fue un santo muy popular en Francia, particularmente en Borgoña – donde nació Ana María Javouhey – quizá porque era el Santo Patrón de los viñadores y de los soldados.
Nacido de padres paganos en Hungría, en el año 316, se hizo soldado porque su padre era entonces un oficial del ejército. Más tarde se hizo cristiano y objetor de conciencia. Los cargos presentados contra él fueron retirados y Martín quedó libre para hacerse monje.
En el año 360 se estableció en la Galia (Francia) y enseguida le siguieron discípulos con los que fundó el primer Monasterio en la Galia. En el año 317 el pueblo proclamó a Martín Obispo de Tours. Fue Monje-Obispo y convirtió numerosos paganos a la fe. Murió en el año 397.
La biografía de San Martín, escrita por su amigo Sulpicio Severo, relata las numerosas obras de misericordia y los hechos prodigiosos que hicieron de él un santo tan popular. En la iconografía es habitualmente representado a caballo, partiendo su manto con un pobre.
Ana María Javouhey encontró en este santo, a la vez un modelo para la evangelización y un protector en el momento en que ella empezó a trabajar para salvar la fe de las influencias destructoras de la Revolución Francesa. El hecho de que fue bautizada el 11 de noviembre, día en el que la Iglesia festeja a San Martín, hizo que le diera un lugar más importante todavía. Este fue también el día de su primera consagración a Dios a los 19 años.