Navidad es un tiempo de promesa …
Una promesa de Esperanza en un recién nacido.
En el establo de Belén, Dios mismo se revela como un humilde niño. Por un niño, el mundo está lleno de posibilidades. Hay tantas cosas que puede hacer, y tantas que puede ser. Parece que todo es posible. Un recién nacido es signo de esperanza en el futuro. La venida del Niño Jesús es un mensaje de esperanza.
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Una promesa de Amor para un mundo que espera.
El Niño Jesús, el Hijo de Dios, muestra su gran poder abrazando la pequeñez, la de la debilidad y de la pobreza, a fin de acercarse a cada uno de nosotros. Quizás nos someteríamos más fácilmente al poder de un rey, pero él no quiere nuestra sumisión. Él llama sobre todo a nuestro corazón y a la libre elección de aceptar su amor. Se hace pequeño para liberarnos de la búsqueda de signos externos de grandeza. Su venida como niño nos invita a aproximarnos a Él con sencillez y nos hace libres para amarle y amar a los demás como Él lo hizo. El Papa Francisco dice: “Dios… nos muestra que el verdadero poder y la libertad auténtica se desvelan asistiendo y honrando a los débiles y a los frágiles”.
La venida del Niño Jesús es el comienzo de una vida donde el amor triunfa sobre el mal. Que el encuentro con el recién nacido avive la llama de la Esperanza y del amor en nuestros corazones…