El Papa Pablo VI nos recuerda brevemente que: “María es presentada como un ejemplo a los fieles por la manera en que, en su propia vida, acepta plenamente y de modo responsable la Palabra de Dios y la cumple... Es diga de imitación porque Ella ha sido la primera y la más perfecta de los discípulos de Cristo”. María es nuestro modelo de valor, de sencillez, de humildad y de cumplimiento de la Voluntad de Dios.
“Discípulas misioneras para un mundo nuevo”, ese fue el tema de nuestro último Capítulo. Es conveniente que nos volvamos a María - primera discípula del Señor - mujer de fe y de compromiso, para que nos acompañe en nuestra ruta de discípulos creíbles, para ser testigos del Evangelio llenos de esperanza.
Por su vida, María nos ha mostrado como proclamar la grandeza del Señor y encontrar la alegría en Dios nuestro Salvador. El Señor hizo en Ella maravillas y Ella nos conduce a todos, hombres y mujeres, a reconocer la Santidad de Dios. Ella fue la humilde sierva que, por su Asunción, tuvo la gracia de un lugar de honor junto a Dios Trinidad. Desde esta situación privilegiada nos ayudará a caminar al lado de los humildes y los pobres buscando la justicia y la paz en la tierra.
Ahora que nos apropiamos de las Prioridades Misioneras y que ponemos los medios para hacerlas vivas de verdad, podemos contar con María para ser nuestro canal hacia Jesús, su Hijo amado. Avancemos con confianza por nuestro camino de discípulas misioneras, comprometidas y abiertas, hasta donde esto pueda llevarnos.
Que podamos todas avanzar en nuestra vida, guiadas por María.
Sr Clare Stanley