DÍA DE ALEGRÍA, DÍA DE ESPERAZA – PROFESIÓN PERPETUA DE SOR FÁTIMA MAFU
Kerema, Papua Nueva Guinea, 26 de enero de 2019
"Yo soy el fruto de las semillas sembradas por las Hermanas de San José de Cluny en la diócesis de Kerema durante 48 años de apostolado entre los Kamea",
dijo Sor Fátima Mafu SJC. Esta sorprendente y conmovedora declaración hecha el día de su profesión perpetua, el sábado 26 de enero de 2019 en la catedral del Espíritu Santo en Kerema por Sor Fátima, expresaba su alegría y gratitud.
Las Hermanas de San José de Cluny han encontrado con frecuencia desafíos aparentemente insuperables en su apostolado. Incluso en este día de alegría y de esperanza, las Hermanas de Bema y Kanabea no pudieron viajar a la ciudad de Kerema a causa del mal tiempo. Sor Rachel Arputham dio la bienvenida diciendo que este día era un día grande para la Congregación de las Hermanas de San José de Cluny. Con hermanas de 43 nacionalidades trabajando en 56 países del mundo, Sor Fátima Mafu, la primera hermana de Papua Nueva Guinea que hace profesión perpetua, ha hecho cambiar el número a 44 !
Monseñor Pedro Baquero, salesiano, obispo de Kerema, presidió la profesión perpetua de Sor Fátima, una hija de la iglesia. Fue un acontecimiento de suma importancia para la Iglesia, para las Hermanas, para su familia y para todas las personas presentes en la celebración.
El canto de entrada decía : "Antes incluso de formarte en el vientre de tu madre, yo te conocía ; antes de que salieras del seno materno, te consagré ; te constituí profeta de las naciones (Jer. 1,5). El día de su profesión, Sor Fátima declaró :
“escuché atentamente la llamada de Dios para seguir a Jesús más de cerca. Rodeada por el amor de mi familia, de la comunidad de las Hermanas de San José de Cluny y de los amigos más cercanos, he discernido con prudencia durante mis años de formación, y ahora, con alegría pronuncio públicamente mis votos ante Dios, para toda mi vida”.
La primera lectura era la llamada de Jeremías y Sor Fátima quiso leerla ella misma. Fue muy conmovedor oírle decir : “¡Ay, Señor, Dios mío ! Mira que no sé hablar, que solo soy un niño…No tengas miedo, que yo estoy contigo” (Jer. 1,7). Sor Fátima, a continuación, cantó el Salmo responsorial. Éste resonó de nuevo como un eco : "antes de formarte en el seno de tu madre, te conocí. Te elegí para ser mía. Sé que eres muy joven, pero te voy a fortalecer... En el peligro estaré cerca. Tus palabras son las mías”. Su hermosa voz, clara y pura, tocó el corazón de todas las personas presentes.
El Evangelio insistió en la llamada radical de Jesús a seguirlo. Al escucharla, recordamos que : “las zorras tienen madrigueras, las aves del cielo tienen nidos ; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza (Lc. 9,58) y : "No mires atrás. Ve y anuncia el Reino de Dios” (LC. 9,61)
