«El grito de la tierra y el grito de los pobres se encuentran y forman uno solo y no se encontrará remedio al grito de la tierra sin encontrar un remedio al grito de los pobres».
El Papa nos invita a seguir un camino de conversión que nos lleve a una renovación de nuestras relaciones con el mundo que nos rodea, con el prójimo y con Dios.
Nos transmite “una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos constru¬yendo el futuro del planeta” (n° 14). « La gravedad de la crisis ecológica nos exige a todos pensar en el bien común y avanzar en un camino de diálogo que requiere paciencia, ascesis y generosidad, re¬cordando siempre que ’la realidad es superior a la idea’ » (n° 201).
Dirige un mensaje a todos los hombres de buena voluntad, creyentes y no creyentes: « El mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza » (n° 12).