Mirando el pasado con agradecimiento, viviendo el presente con pasión, y abrazando el futuro con esperanza, como el papa Francisco nos ha pedido, somos :
- hermanas con una llamada misionera
- enraizadas en la oración
- reunidas en comunidades fraternas
- a la escucha de los gritos del mundo de hoy
- disponibles para la misión
- insertadas en el contexto local
- nos mantenemos abiertas a lo universal.
La consagración religiosa
La consagración religiosa expresa más plenamente nuestra consagración bautismal. Nos hacer participar de manera especial en la vida y santidad de la Iglesia. Es respuesta renovada sin cesar al amor de Dios siempre fiel.
La profesion de los votos
La profesión de los votos de obediencia religiosa, castidad consagrada y pobreza evangélica nos une más íntimamente a Cristo. Es una respuesta a una llamada y nos introduce en lo más profundo de una vida animada por el espíritu y el gozo de las bienaventuranzas.
La vida comunitaria
Nuestra consagración nos inserta en una comunidad fraterna reunida por la misma llamada misionera. Compartimos alegrías y dificultades, buscamos juntas descubrir las llamadas del Espíritu Santo, leer los signos de los tiempos y responder a ellos lo mejor posible .
La vida de oración
En nuestra vida de oración, queremos dejarnos tomar y transformar por Cristo a fin de que a través de nosotras, Él irradie su amor al Padre. Enraizadas en la oración, somos contemplativas en la acción, celebrando y alimentando nuestra relación con Dios cada día.